La Flor es la
estructura reproductiva característica de las plantas llamadas espermatofitas o fanerógamas. La función de una
flor es producir semillas a través de la reproducción
sexual. Para las
plantas, las semillas son la próxima generación, y sirven como el principal
medio a través del cual las especies se perpetúan y se propagan.
Todas las espermatofitas poseen flores
que producirán semillas, pero la organización interna de la flor es muy
diferente en los dos principales grupos de espermatofitas: las gimnospermas vivientes y las angiospermas. Las gimnospermas pueden poseer
flores que se reúnen en estróbilos, o bien la misma flor puede ser un
estróbilo de hojas fértiles. En cambio, una flor típica de angiosperma está
compuesta por cuatro tipos de hojas estructural y fisiológicamente modificadas para producir y
proteger los gametos.
Tales hojas modificadas o antófilos son los sépalos, pétalos, estambres y carpelos. Además, en las angiospermas la
flor da origen, tras la fertilización y por transformación de algunas de sus
partes, a un fruto que contiene las semillas.
El grupo de las angiospermas, con más
de 250.000 especies, es un linaje evolutivamente exitoso
que conforma la mayor parte de la flora terrestre existente. La flor de angiosperma es el carácter
definitorio del grupo y es, probablemente, un factor clave en su éxito
evolutivo.
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